Animals

Animales. Grupo de criaturas vivientes. Nosotros.
¿Por qué la gente odia los rodeos, pero aún los sigue consumiendo?
¿Por qué las personas se emputecen con los maltratos, y pueden comprar en el supermercado de a kilo?

Me es común ver estas acciones. Inconsecuencia.
Sin acudir a datos, es bien sabido el trato industrial que recibe los animales usados para el consumo, o bien para ropas, o bien para cosméticos y quién sabe qué más que no se me ocurre ahora.
Trato industrial, es peor que una muerte certera. Dotados de sistema nervioso y de consciencia, los animales sufren. No humanamente, pero lo hacen, porque lloran, porque se quejan, porque sienten.
Trato industrial, de miles de industrias dedicadas a mantener las necesidades de la población groseramente creciente.
Trato industrial. Hacinamiento, cambios metabólicos y hormonales, alimentación específica, reproducción controlada (o sea, forzada, del punto de vista natural), genetismo.

Inconsecuencia. Inconsecuencia de ampararse en la ignorancia. Toneladas de carne a diario en los supermercados, comprar, asar, comer y disfrutar. Y odiar al que maltrata.
¿Quién es cómplice del que maltrata? Al menos el que lo hace, lo hace por disfrute. Conceptualmente correcto. Coherente con sus gustos que la libertad humana le permite tener.

Amparo en la ignorancia. Cuántos de los consumidores pueden ver morir a un animal. Sangrar. Desvanecerse y dejar su existencia consciente. Cuántos, cuántos de aquellos que alegan ante los maltratos.
Inconsecuencia mortal.

Quien tiene derecho a comer es quién mata a sus propias manos, quién sabe lo que hace y lo que dejó de hacer, quien consume para consumir, para digerir y, a veces, sobrevivir.
Tener una vaca en cada patio, a la cual mensualmente degollar. Así es la realidad.

Destapar los ojos. Inconsecuencia.